Quiero decirle "adiós" a todo lo malo que aún queda de mis recuerdos. A lo auto-destructivo.

Quiero alejarme de aquello que me quita la confianza y genera en mí dudas absurdas que acrecientan las peleas conmigo misma.

Quiero despojarme de un "mundo supuesto", lleno de fantasías que me absorben. Y donarlo a los cientos de personajes que viven en las historias que aún no se por qué no plasmo en papel. Quiero despedirme de él hasta que pueda comprender totalmente que lo necesito pero no para vivir, sino para crear (esperanza de) vida, en esas historias y en tantas otras más. 

Vuela una mariposa y mis ojos se pierden entre tanta belleza.

Entona mi interior una melodía que a mi alma confiesa,

Retazos de recuerdos y utopías, 

Sueños y unas cuantas heridas.

Oídos curiosos se aproximan lentamente y pienso:

"Suertudxs aquellxs que pueden perderse en una mirada así".

Descifro al instante lo que sucede y, de repente, 

Escribo miles de versos, que plasmados en el cielo,

Dibujan la magia de aquel momento intenso.

Espectadora de ese lenguaje secreto, siento:

"Suertudxs aquellxs que pueden perderse en un abrazo así". 

Promesas de reencuentro, sonrisas con destello incluido, 

Estribillo sentido de esa canción que jamás podré dejar en el olvido.

Doy vueltas por la plaza; ya no es hora de atrapar mariposas,

Inhalando el crudo frío de un largo invierno y

Devolviendo entre mis manos bocanadas de primavera;

Agrietando mi piel con el viento otoñal o cerrando mis heridas en los desvelos de verano.